24 de diciembre de 2017

Urania - Musas - Mitologia Griega -



Las musas, como diosas menores, eran hijas de Zeus y Mnemósine, sin embargo otra genealogía mitológica incide en que las musas eran hijas de Urano y Gea.

Al igual que sus hermanas, Urania formaba parte de las cantoras divinas, cuyos coros deleitaban al propio Zeus.
Y a los demás dioses del Olimpo.
También se dice que las musas inspiraron a Hesíodo para su Teogonía.

A Urania se le atribuían los dones de la Astronomía y la Astrología.
El hecho de que la astronomía tenga su propia musa demuestra la importancia de esta loada ciencia en la antigüedad.
Como se ha mencionado anteriormente, es hija o bien de Urano, o de Zeus y Mnemósine, sin embargo, eso solo los dioses lo sabrán.
Es la menor de todas las musas.

Su imagen está ligada con las matemáticas, lleva una diadema de estrellas y está rodeada de varios instrumentos matemáticos, por ello se le llama también la musa de las matemáticas.
Es madre de Lino cuyo padre es el dios del sol, Apolo.
El propio Lino fue asesinado por su padre, Apolo, por su gran dominio de la música, lo que enfureció de envidia a Apolo que no dudó en asesinarle.

Como ella es la musa de la Astronomía y la Astrología también es la deidad protectora de los Astrólogos y Astrónomos.
Ella ha sido inspiración para muchos lugares u organizaciones modernas, véase los observatorios astronómicos de Berlín, Viena o Zurich, También da nombre al observatorio astronómico histórico de Tycho Brache el Uraniborg.
Etimológicamente Urania quiere decir la celestial.


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Las Musas y Sus Pinturas - Mitologia Griega

Otro fantástico tema inventado en la mitología griega: las musas y todas las pinturas que las representan. Mujeres e inspiración unidos. Es decir, las musas representan la inspiración del artista y de las ideas del hombre, y son la luz que da brillo al conocimiento humano.


Pintura Mural de Rafael Sanzio titulada "Apolo en el Parnaso",
con sus musas.
Comentario de la obra: El Parnaso es el monte donde habitaban las Musas.
En el centro de la composición a Apolo con su lira y acompañado de Caliope y Erato presidiendo el coro de musas. Talia, Clio y Eutarpe aparecen detrás de Caliope mientras Polimnia, Melpómene, Perpsícore y Urania se colocan tras Erato.
Dieciocho poetas acompañan a las musas y a Apolo, existiendo numerosos dudas sobre su identificación; estos poetas forman un semicírculo cerrado por las figuras de Píndaro y Safo junto a la ventana.
La escena al aire libre recoge en cada una de las figuras su exacta expresión, narrando el maestro con sus pinceles como si de un escritor se tratara.
El dinamismo de los personajes alcanza cotas extremas, manifestando numerosos escorzos que resaltan la monumentalidad de las figuras.
El colorido es brillante y variado, creando una diversidad cromática de gran belleza.
El equilibrio y la simetría vuelven a estar presentes en esta composición en sintonía con sus compañeras.


Las musas de Hans Rottenhammer.Las musas de Hans Rottenhammer.
Las Musas de Hans Rottenhammer.


Las musas de Frans Floris.


Pintura titulada “Las musas dejando a su padre Apolo para ir a iluminar el mundo”, del fantástico pintor Gustave Moreau.


Sarcófago en el Louvre. Bajorrelieve con las 9 musas de la mitología griega.




Preciosa escultura de la musa Erato .



Realizado Por Venus

Diagrama - Las Nueve Musas - De La Mitologia Griega


Según la mitología griega, las Musas son las nueve hijas de Zeus y de Mnemósine.
Éstas fueron engendradas, según el mito, en nueve noches consecutivas.

Según el historiador griego del S.II Pausanias, al principio las musas fueron tres: Aedea (el canto, la voz), Meletea (la meditación) y Mnemea (la memoria).

Juntas representaban las precondiciones del arte poético en la práctica del culto religioso.

La tradición les atribuía dos residencias: la una sobre el monte del Parnaso y la otra sobre el Helicón.
Es Platon en el año 401 a.c. aprox. y, posteriormente, los autores neoplatónicos, el que hace de nueve Musas las mediadoras entre el dios y el poeta o cualquier creador intelectual.

Contrariamente a una creencia difundida, no hay ningún tipo de correlación entre los artes tradicionales y las Musas.

Las Musas presentes en las artes son:

Calíope: Musa de la elocuencia y de la poesía épica. Sus diferentes representaciones artísticas son una corona de laureles, un libro, una tablilla, un estilete y una trompeta.

Clío: Es la musa de la historia. Sus diferentes representaciones artísticas son una corona de laureles, un libro o un pergamino, una tablilla, un estilete y un cisne.

Erato: Es la musa del arte lírico de la elegía. Sus representaciones artísticas con una lira, una viola y un cisne.

Euterpe: Es la musa de la música. Su representación artística suele ser una flauta (simple o doble).

Melpómene: Es la musa de la tragedia. Se representa con una corona, con una espada o con una máscara trágica.

Polimnia: Es la musa de la retórica. Se representa con un gesto serio y con un instrumento musical (normalmente un órgano).

Talía: La musa de la comedia. Normalmente se la representa con un instrumento de música (generalmente una viola), una máscara cómica y un pergamino.

Terpsícore: La musa de la danza. Se la representa con un instrumento musical de cuerda: una viola o una lira.

Urania: La musa de la astronomía y de la astrología. Es representada habitualmente con un compas, con una corona de estrellas y con un globo celeste.

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Polimnia - Musa Griega


En la mitología Griega, Polimnia "La de muchos himnos" es la musa de la poesía-lírica-sacra, es decir, la de los cantos sagrados.

También se le considera como la musa de la retórica, la geometría y de la pantomima, esto es, la mímica.

Se le suele representar toda vestida de blanco, recostada o apoyando el codo sobre un pedestal o una roca, en actitud de meditación (pensando) con un dedo puesto en la boca.

Otras veces, se la representa llevando unas cadenas como símbolo del poder que ejerce la elocuencia. En otras representaciones, aparece cubierta por un velo, mostrando su carácter sagrado.

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Melpomene - Musa Griega


He disfrutado recreándome en Melpómene, pintándola bella, pero contenida y severa.
Es la Musa que inspira a los trágicos e interpreta sus teatros.
Esta vez no va coronada de vid como Dionisos, su tendencia al arrebato y a desatar fuerzas salvajes se demuestran en el gesto prudente y algo triste, no necesita de iconografía para representar a la diosa del drama, su disfraz es sólo un turbante y el resto su desnudez.
Envuelta de magia relata historias de héroes y dioses, odiseas y desdichas, tanto de la antigua Grecia como del presente, nos mira fijamente en el cuadro y en el dibujo cierra los ojos concentrada en su Tragedia, cuando la pinto junto a las otras musas, se acurruca a los brazos de su hermana mayor para recibir consuelo.

No es habitual en mí pintar algo triste, así que he buscado la manera de personalizar a Melpómene envuelta de magia como alternativa a la fatalidad y con gesto pacífico para representar ese arte difícil que exige un genio privilegiado y una imaginación vigorosa.

Los artistas trabajamos con el afán de comunicar, de revelar con nuestras herramientas emociones y mensajes, la honestidad en lo que contamos es fundamental y el oportunismo y la mentira no tienen cabida en el verdadero arte.
En mis obras suele haber una actitud optimista, positiva y encarada hacia la vida y con todo el respeto a las posturas oscuras y trágicas, me siento más cómodo y honrado representando a Melpómene con la seriedad justa, potenciando su belleza y disfrutando de su intensidad, pero como no sé qué ganas de transmitir tendré en un futuro, me echo a dormir sin saber qué pensaré mañana.


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Euterpe Musa - Mitologia Griega


En la mitología griega, Euterpe (en griego) "La muy placentera", "La de agradable genio" o "La de buen ánimo") es la Musa de la música, especialmente protectora del arte de tocar la flauta.

Como las demás Musas era hija de Mnemósine y de Zeus.

Por lo general se la representa coronada de flores y llevando entre sus manos el doble-flautín.
En otras ocasiones se la representa con otros instrumentos de música: violines, guitarras, tambor, etcétera.
A finales de la época clásica se la denominaba musa de la poesía lírica, y se le representaba con una flauta en la mano.

Unos pocos dicen que inventó el aulos o flauta doble, aunque la mayoría de los estudiosos de la mitología conceden ese honor a Atenea, como se da a conocer en el mito de Marsias y su duelo con Apolo.
El río Estrimón dejó a Euterpe embarazada.
Su hijo, Reso, dirigió a una partida de tracios y murió a manos de Diomedes en Troya, según la Ilíada de Homero.

Su nombre procede del Griego.


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Clio - Musa - Mitologia Griega



Dentro de los personajes que jalonan la mitología Griega, una de las nueve musas (hijas, según la tradición más aceptada, de Zeus, rey de los Olímpicos y Mnemósine, diosa vinculada a la memoria) recibe el nombre de Clío y a ella les son atribuidas las artes de la Historia y de la poesía heroica.

Aunque ninguna de ellas, ni siquiera en conjunto, tiene un ciclo legendario propio, sí que sabemos algunas cosas de ellas.

Por ejemplo, se sabe que Clío fue madre de Jacinto gracias a una relación que esta mantuvo con el rey de Macedonia, Piero.

Algunas fuentes indican, asimismo, que fue ella la progenitora de Himeneo.
Suele ser representada como una muchacha joven que está coronada con una diadema de laurales y, de mismo modo, portando una trompeta en su mano derecha mientras que en la izquierda sujeta un libro escrito por Tucídides (historiador y militar ateniense).

A todo este atrezzo menudo se le suele añadir un globo terráqueo sobre el que se sienta y el Tiempo suele aparecer junto a ella.

Todo esto parece indicar un mensaje claro: que la Historia compete a todas las épocas y a todos los lugares del mundo.
Asimismo, algunas de sus representaciones en forma de estatuas portan una guitarra en una de sus manos y un plectro en la otra: esto es debido a que también se le atribuye a esta musa la invención de estos instrumentos musicales (a este respecto no podemos tampoco olvidar que las musas eran las diosas inspiradoras de la música, la poesía, las artes y las ciencias).
En imágenes mucho más antiguas que tenemos de ella la hacían llevar un rollo de papiro y, a sus pies, situaban la correspondiente capsa (nombre que se le daba a la caja para guardar los mencionados rollos).

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Talia - Musa Griega -


Talía era la musa de la comedia y de la poesía bucólica o pastoril.

Era una divinidad de carácter rural y se la representaba generalmente como una joven risueña, de aspecto vivaracho y mirada burlona, llevando en sus manos una máscara cómica y un cayado de pastor, una corona de hiedra en la cabeza como símbolo de la inmortalidad y calzada de borceguíes o sandalias.
Talía era hija de Zeus y Mnemósine.
Fue madre con Apolo de los Coribantes.
Talía era la mayor de las tres Cárites o Gracias. Presidía los banquetes y otras festividades, otorgando los dones de la abundancia y la fertilidad.
Era hija de Zeus y de Eurínome o Eunomia.
En las representaciones artísticas se distingue por ser la única de las tres que lleva flores en la cabeza o enredaderas en sus ropajes.
En otras obras aparece completamente vestida, en comparación con sus otras dos hermanas, que aparecen semidesnudas (Eufrósine) o completamente desnudas (Áglae).

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Erato- Musa Griega -


La celebración del octavo Festival Internacional de Poesía de  Granada, Nicaragua, me motiva a escribir un poco sobre Erato, la musa de la poesía, y Safo, la insigne poetisa  de la antigua Grecia  a quien el filósofo Platón llamara “décima musa”.
Décima, porque eran nueve las musas, o sea las deidades que representaban la inspiración de los poetas y los artistas en los diversos géneros.

Erato, igual que sus ocho hermanas, era hija de Zeus, dios supremo del Olimpo,  y Mnemosine,  diosa de la memoria y del olvido.
Hesíodo, el ilustre poeta de la antigüedad griega  que en su obra Teogonía narra el origen de los dioses y las diosas, cuenta que las nueve musas nacieron en el monte Pierio de los amores de Zeus con Mnemosine: “Nueve noches se unió con ella el prudente Zeus subiendo a su lecho sagrado, lejos de los inmortales.
Y cuando ya era el momento y dieron vuelta las estaciones, con el paso de los meses, y se cumplieron muchos días, nueve jóvenes de iguales pensamientos interesadas solo por el canto y con un corazón exento de dolores en su pecho, dio a luz aquella (Mnemosine), cerca de la más alta cumbre del nevado Olimpo”.

Las musas  integraban el cortejo de Apolo y a veces  subían al Olimpo para entretener a  los dioses con sus artes maravillosos.
Ellas solían vivir en el monte Helicón, o en el Parnaso, junto a la fuente de Castalia, de cuyas aguas sagradas bebían los poetas,  músicos y otros artistas para inspirarse y componer sus bellas creaciones.

A Erato, la musa que inspiraba la poesía lírica y amorosa, se le representaba —según dice el mitólogo francés Juan Humbert—  “coronada de mirto y rosas, llevando en la mano derecha un laúd, instrumento de varias cuerdas por ella inventado, o una flecha.
A sus pies… dos tórtolas picoteando y a un lado un Amor (Cupido) alado provisto de un arco, un carcaj o una antorcha encendida”.

En lo que se refiere a Safo, la gran poetisa griega   nació en la isla de Lesbos.
Vivió en  Mitilene, principal ciudad de la isla, salvo un breve período cuando  tuvo que exiliarse en Siracusa debido a las persecuciones políticas que sufría su familia.

Safo creó y dirigió un centro  para la educación artística de jóvenes casaderas, de algunas de las cuales, según se cuenta,  se habría enamorado.
De allí, y debido a  que Safo era nativa de  Lesbos, se acuñó el concepto de lesbianismo para denominar la relación amorosa sexual entre mujeres. "De ella ver quisiera su andar amable". Y la clara luz de su rostro antes que a los carros lidios o a mil guerreros llenos de armas…”, escribió Safo en uno de sus poemas más conocidos,  de los pocos que los investigadores lograron encontrar y reconstruir.

Sin embargo, alrededor de Safo hay  una hermosa aunque trágica leyenda, según la cual en realidad  ella se habría enamorado de un varón, llamado  Faón, quien no correspondió a su amor  y fue eso lo que causó  su muerte prematura.
Desesperada por el desprecio del frívolo Faón, Safo fue a Léucade, una isla donde había un famoso peñón desde el cual se arrojaban los amantes no correspondidos, para suicidarse por culpa del desamor.

Y allí Safo puso fin a su existencia,  que para ella no tenía sentido  si no la podía compartir con Faón.

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Terpsícore - Musas Griegas


En la mitología griega, Terpsícore (Euterpe) "La que deleita en la  danza" es la musa de la danza, de la poesía ligera propia para acompañar en el baile a los coros de danzantes y también se le considera como la musa del canto coral.
Representada como una joven esbelta, con un aire jovial y de actitud ligera.
Guirnaldas de flores forman su corona y entre sus manos, hace sonar una lira.

En algunas leyendas, Terpsícore (como la madre) junto con Aqueloo o Forcis (como el padre) aparecen como los progenitores de las sirenas (divinidades marinas dotadas de una maravillosa voz), que osaron competir con las musas, quienes las derrotaron y arrancaron las plumas.
Avergonzadas, las sirenas se retiraron a las costas de Sicilia donde, con su canto, ejercían tan poderosa atracción sobre los marinos, que éstos no podían evitar que sus navíos se estrellaran contra las rocas.
Cuenta la historia, que las mujeres del pueblo de Zalongo en Grecia hace muchos siglos atrás, ante la inminente llegada de los invasores a su población, decidieron lanzarse desde los acantilados al abismo junto con sus hijos, mientras danzaban y cantaban la decisión que habían tomado: morir dignamente en vez de padecer una esclavitud de por vida.

A muchos kilómetros de distancia, la tribu Arapaho en Norteamérica, realizaba alrededor del año 1880 la llamada "Danza del espíritu", una serie de movimientos y cantos amenizados por los efectos alucinógenos del peyote, una planta originaria de México que les daba la fuerza a los indígenas para autoafirmarse como grupo y aniquilar a uno que otro colono blanco y no recordar nada al día siguiente.

Bailar es una actividad natural del hombre que ha estado ligado a él desde sus orígenes.
Cuando hablar no era posible, el gesto, el contacto físico era el que permitía hacerle entender al otro que había visto un enorme oso en lo alto de la colina.
El movimiento le enseñó al hombre a imitar lo que veía, recrear la realidad que lo rodeaba asumiendo un rol en donde los brazos se convertían en alas mientras subían y bajaban, el torso al ritmo del arrastrar de la serpiente indicaba el peligro que se acercaba o simular las patas de un flamingo elevando las piernas o el correr del viento, llevó a que la danza se convirtiera en "la madre de las artes" como dice Sachs.

Haciendo tangibles las percepciones del mundo a través de la danza, el hombre al comunicar, conoció su entorno y a la vez descubrió la utilidad de su cuerpo, la primera arma que tuvo para dominar al mundo a medida que lo expresaba.
La danza permitió que desde la Edad de Piedra los primeros grupos humanos pudieran organizar sus primeros códigos comunicativos y se apropiaran del espacio para dominarlo.

Así el hombre pudo cazar al oso en compañía, invitando a sus amigos a tráves de la danza como lo hacen las abejas, avisar que caería una tormenta o simplemente explorar y someter de forma organizada todo lo que la naturaleza le brindaba en desorden.

Cuando el hombre aprende a mover su cuerpo y después a hablar, comienza la magia de la danza, porque es a partir de esas dos actividades básicas que el ser humano se diferencia de los animales.
El consciente colectivo ya tenía formas de expresarse, el lenguaje del cuerpo tangible le dio vida a aquel que no veía, aquel que era más fuerte que el grupo social y que lo determinaba desde el más allá.
El baile se unió a la leyenda, alimentó el mito y le dio poderes al hombre para comunicarse no solo con el otro al que podía ver, sino con sus superiores invisibles que regían su vida.

La danza con su nuevo caracter mágico socializó al hombre porque le dio un papel específico dentro de su grupo.
Durante las ceremonias religiosas, el individuo interpretaba a alguien que no era él para entenderse con los demás.
La danza fue el primer intento de red, una conexión que comunicaba al hombre con los otros, con las fuerzas de la naturaleza, con los espíritus, con los animales y se convierte en el legado de las costumbres, religiones y guerras de los pueblos; el hombre se mira a sí mismo y desea mantener viva su esencia, incluso su instinto guerrero.

En Oceanía por ejemplo, los indígenas maoríes de Nueza Zelanda utilizan la danza haka como expresión guerrera en la que al son de las palmas y de golpear los pies contra el suelo, enseñan la genealogía de su pueblo y sus victorias alcanzadas; los ya mencionados indígenas arapaho realizaban la "Danza del sol" para llamar al espíritu guardián que los protegía durante los combates con otras tribus, y algunas danzas primitivas griegas como las ménades (sacerdotisas de Dionisios) permitían entrar en contacto con los dioses.

Desde las altas culturas antiguas hasta la representación en una mujer que al principio era una ninfa que habitaba los ríos y los bosques, la danza se involucra en todos los campos de la vida del hombre y comienza a ser un sello de reconocimiento propio.
Entra a ser parte de lo sagrado (hierático), a comunicar el sentimiento, las creencias y el tributo que se le rinde a un ser superior y de lo profano, la diversión pública y popular del hombre y sus relaciones con los demás como ser social que desea dar a conocer quién es y a cuál grupo pertenece.

La Biblia cuenta cómo bailar era una actividad muy común entre los hebreos, el rey David bailaba y las vírgenes de Israel también lo hacían para conmemorar acontecimientos importantes.
En Grecia la danza educaba; era como tomar Coca-Cola que con todo sabía bien: desde las ceremonias más solemnes hasta el ditirambo en honor a Dionisios en donde un celebrante y cincuenta danzantes interpretaban el ciclo de la vida, o en Roma en donde la danza se convierte en una necesidad social y sexual, símbolo de la locura y el desenfreno de una cultura abierta a todo.

La danza con su caracter mágico, religioso, lúdico y comunicativo podríamos decir entonces que es una forma de discurso porque plantea una muestra de identidad dentro de una escena, esa idea la aprecia e interpreta un público hacia el cual la danza va dirigida.
Así como en el discurso se utiliza un tono de voz y unos ademanes específicos, la danza trata de persuadir con el vestuario, los colores, el ritmo de la música, los movimientos, el maquillaje y las máscaras; todo un paquete de información que le llega al espectador y puede llegar a transformarlo a partir de lo que le haya quedado de ella.

En Egipto y Mesopotamia apareció la danza como arte con el danzante profesional, creado por la aristocracia de estos pueblos, para que realizaran espectáculos que los entretuvieran.
Los incas en el Perú combinaron la música, la danza y la poesía en un escrito llamado qhashwa, la canción de la alegría y la diversión.
En Grecia y Roma, las fiestas dionísiacas o bacanales no solo recordaban al dios del vino sino el propio arrebato de la carne del hombre.
En la Edad Media la danza coartada por la Iglesia evoluciona desde el anonimato exaltando la muerte y lo macabro.
Hoy, los love parades o fiestas de trance enloquecen a los jóvenes, y los pasos del baile de moda "aserejé" los enseñan hasta en los noticieros de televisión.

Es así como tras las huellas de Terpsícore se encuentra la magia de la danza como pilar fundamental del desarrollo de las culturas y las artes en el mundo.
El fin de bailar no solo es de realizar un espectáculo agradable y coordinado a la vista para causar admiración o risa.
La danza es un libro que solo necesita la armonía del cuerpo humano y los ritmos musicales como materias primas para explicar la historia de un grupo social que se apropia de un espacio a través del movimiento para volverse una unidad y sentirse un ser superior.

El cuerpo por sí solo comunica: tango, danza árabe, tailandesa, hindú, griega, egipcia, merengue, salsa, champeta, esconden tras el mover de las manos y las piernas y el cimbrear de las caderas, el pensamiento del ser humano.
Calíope con la poesía épica, Clío y la historia, Polimnia y la pantomima, Euterpe y su música, Erato con la lírica coral, Melpómene y Talía con la tragicomedia, Urania y la astronomía y Terpsícore a través de la danza, fueron el intento mitológico de la antigüedad para explicar las diversas facetas del comunicar del hombre; como él logra hasta nuestros días expresarse a través del arte.


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Caliope - Musa Griega -



Una de las nueve musas: la que figura en primer término en la teogonía, la más poderosa y la más augusta.
Es la musa de la elocuencia y de la poesía épicas, a la que se dirigían preferentemente los poetas invocando su inspiración.
Es casi igual al mismo dios Musageta a quien parece disputar la dignidad de jefe del coro de las musas, sin que por esto hubiera hostilidad entre ellos.

El matrimonio de Caliope y Apolo, que aparece representado con frecuencia en las pinturas de los vasos, indica claramente la unión de los dos poderes.

La preeminencia de Caliope sobre sus hermanas fue causa de que se diera más importancia que a ninguno al género poético.
Cuando la poesía épica floreció en Grecia, fue colocada bajo la invocación de Caliope y fue el atributo que conservó en último término, como lo indica el verso de Ausonio.

Pero ese atributo no fue constante, pues cuando la elocuencia llegó a ser en Grecia la primera de las artes, Caliope, que desde el principio había presidido al género épico, presidio entonces al oratorio.
Con este carácter aparece en la teogonía, donde acompaña a los reyes venerados, lo cual quiere decir que era el poder de la elocuencia que debían poseer los reyes y los hombres de Estado.

Igual sentido le daban los estoicos diciendo que «representa la elocuencia de la hermosa voz, del bello lenguaje que sirve a los hombres de Estado para gobernar, para dirigirse al pueblo y guiarle por medio de la persuasión.»

Un epigrama de la antología dice, con sentido más amplio, que Caliope vino a ser la musa de la ciencia.

Los poetas la suponían madre de Orfeo. Según la fábula, por haber Caliope adjudicado a Proserpina la posesión de Adonis, Venus, irritada, inspiró a las matronas de Tracia un furor amoroso del cual fue víctima Orfeo.

Según otra tradición, tuvo de Júpiter a los Coribantes y de Aquelao a las Sirenas.

A pesar de la variedad de sus significaciones, las imágenes de Caliope son casi todas idénticas; siempre se la ve representada en la figura de una joven de aire majestuoso, la frente ceñida con una corona de oro, porque Hesíodo la pinta viviendo entre reyes, y con guirnaldas por ser la principal de las musas.
En una pintura de Herculano lleva túnica verde, manto blanco, corona de hiedra y un volumen, atributo que no se ve en sus demás imágenes.
Ordinariamente está sentada en actitud de meditación, con la cabeza apoyada en una de sus manos, con el estilo y las tablillas, como disponiéndose a escribir o a leer lo que acaba de escribir.
En el Museo Pío Clementino de Roma hay una estatua en que está representada con estos caracteres.


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Eros - Mitologia Griega -


En las teogonías más antiguas, Eros es considerado como un dios salido directamente del Caos primitivo o bien, según otra tradición, nacido del huevo original que engendró la Noche, cuyas dos mitades formaron la Tiera y el Cielo al separarse.

Sin embargo, cabe destacar la asignación de Eros con otros mitos genealógicos.

A veces se le tiene por hijo de Ilitia, de Iris o de Hermes y Ártemis; pero la tradición más generalmente aceptada atribuye Eros como hijo de Hermes y Afrodita.

Eros ha ido adquiriendo su fisonomía tradicional como un niño con alas -a veces sin ellas-, que se divierte llevando el desasosiego a los corazones, o bien los inflama con su antorcha o los hiere con sus flechas.

Sus intervenciones son innumerables.
Acomete a Heracles, a Apolo (que se había burlado de él por querer manejar el arco), al propio Zeus, incluso a su madre y también a los humanos.

Los poetas alejandrinos gustan de presentarlo jugando a las nueces (lo que actualmente entenderíamos como jugar a los bolos) con niños divinos, especialmente Ganimedes, disputando con ellos o con su hermano Anteros.

Inventan escenas infantiles cuadrando con el carácter del dios: castigado, debido a una penitencia impuesta por su madre; herido, por haber cogido rosas sin reparar en las espinas; etc.

Sin duda, uno de los temas preferidos por los poetas es que, bajo el niño en apariencia inocente, se adivina un dios poderoso, capaz de producir, si se le antoja, crueles heridas. Incluso su propia madre le teme un poco.

El Culto a Eros

Eros constituye una fuerza fundamental del mundo: asegura no sólo la continuidad de las especies, sino también la cohesión interna del cosmos.

Se eleva también la doctrina platónica en El Banquete, en la cual Eros es un "genio" intermediario entre los dioses y los hombres.



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Boreas - Dios Griego -


En la Mitología Griega , Bóreas ‘viento del norte’ o ‘devorador’) era el dios griego del frío viento del Norte que traía el invierno.

Bóreas era muy fuerte y tenía un violento carácter, cosa que unidas dan el fuerte y huracanado viento del norte...

Los griegos creía que su hogar estaba en Tracia , y tanto Heródoto como Plinio describen una tierra al norte llamada Hiperbórea ("más allá de Bóreas") en la que la gente vivía en completa felicidad hasta edades extraordinariamente longevas.

También se decía que Bóreas había secuestrado a Oritía , una princesa ateniense , del río Iliso .

Oritía era el nombre de una hija de Erecteo y de Praxitea , reyes de Atenas , de la que el dios-viento Bóreas se enamoró ardientemente.
El padre de la joven se negó a permitir esta unión, por el frío que reinaba en Tracia , donde vivía el pretendiente, y por el mal recuerdo que los reyes de este país habían dejado en Atenas.
Pero lejos de disuadirle, esta negativa aumentó aún más el furor de Bóreas, que levantando terribles torbellinos de viento raptó a la princesa y la trasladó a Tracia, donde reina con él desde entonces.
Allí Oritía le hizo padre de dos niños al que luego les saldrían alas, Zetes y Calais , y de dos hijas más: Quioney Cleopatra .

Según Platón esta narración evoca un suceso real, cuando una princesa ateniense fue arrojada por el viento al mar, donde murió ahogada.

El nombre de Oritía, del griego oros (montaña) y giein (sacrificar), parece hacer refencia a que la joven iba a las montañas a celebrar sus misterios mágicos.

Desde entonces, los atenienses veían a Bóreas como un pariente político.
Cuando Atenas fue amenazada por Jerjes , la gente rezó a Bóreas, de quien se dice que propició vientos que hundieron 400 barcos persas.
Un suceso similar había ocurrido doce años antes, y Heródoto escribe:
"Ahora no puedo decir si fue esto por lo que realmente los persas fueron sorprendidos anclados por la tormenta, pero los atenienses están bastante seguros de que, al igual que Bóreas les había ayudado antes, igualmente era responsable de lo que ocurrió también en esta ocasión. Y cuando volvieron a casa construyeron al dios un altar junto al río Iliso."


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Cibeles - Diosa - Mitologia Griega


Cibeles era en origen una diosa frigia.

Los griegos hicieron de ella una madre de los dioses, la madre de Zeus y de otros dioses importantes.

Su culto derivaba probable­mente de la antigua adoración de las grandes madres o diosas de la fertilidad, al igual que el de Deméter, la diosa de la agricultura.

Según el mito frigio, Zeus había depositado su semilla en la tierra en cierta ocasión mientras dormía en el monte Dídimo, en Frigia, en lo que hoy día es el centro de Turquía.

De ahí nació una criatura hermafrodita que fue castrada por los dio­ses.

Así fue la creación de la diosa Cibeles.

De sus genitales creció un almendro cuyo fruto se depositó en el vientre de la ninfa Nana, que quedó embarazada y tuvo un hijo al que abandonó después de dar a luz.

El joven, Atis, fue criado por una cabra y se convirtió en un joven muy hermoso. 
Cibeles se enamoró de él y cuando se disponía a hacer planes de boda para casarse con otra mujer, ella se puso tan celosa que le obligó a castrarse .

Hay muchas versiones del mito de Cibeles y Atis, todas las cuales incluyen el tema de la muerte y la resurrección. Según algunas de ellas, Atis no sobrevivió a la mutilación y quedó convertido en un pino.

Otras aseguran que fue enterrado en Pessinus (Pesino) y resucitado por Cibeles.
Por último, alguna versión asegura que vivió como sacerdote eunuco al servicio de la diosa.

En Roma, Cibeles se convirtió en una diosa muy popular.

Durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C), un periodo desastroso para los romanos, su culto llegó a Roma dado que, según ciertas profecías de los Libros Sibilinos -un tipo de libro de frases de los oráculos-, Roma sólo podría vencer si se adoraba a la «Gran Madre».

El león, el animal más fuerte de la naturaleza, estaba dedicado a Cibeles, siendo representada a menudo como una leona en un carro tirado por leones.
Ovidio la describió «en su carro tirado por leones atravesando el cielo».

Su estela iba acompañada por «la música de los címbalos y de las flau­tas».

El culto de Cibeles en Roma se carac­terizaba por los rituales estruendosos y las procesiones.

Durante su festividad, sus sacerdotes, los Galli, enterraban un pino que simbolizaba a Atis.

Días después se perforaban los brazos y rociaban el altar con su sangre en un estado de éxtasis.

El último día se celebraba la resurrección de Atis mientras se paseaba la estatua de la diosa en procesión y se limpiaba.


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Niobe - Muerte de Sus Hijos - Mitologia Griega -

Níobe era la hija de Tántalo, castigado en infernal Tártaro por sus fechorías y malas acciones (entre ellas, robar el néctar y la ambrosía de los dioses y ofrecer a su propio hijo como comida a los mismos, percatándose de ello la Diosa Ceres, al morder un omóplato suyo).

Casada con Anfión, rey de Tebas, que construyó dicha ciudad con la magia de la música de su lira, que atraía los bloques de piedra y los movía a su vez.

Tuvo según unas fuentes 7 hijos y 7 hijas y según otras, 8 vástagos de cada género.

Níobe destacaba por su belleza pero también por su orgullo.
Y se jactó públicamente de su prole frente a Leto, la madre de los dioses Apolo y Diana (Sol y Luna, respectivamente).

"Tengo más hijos y mejores que la propia Leto, y mi esposo construyó solo Tebas..." La diosa se sintió afrentada y encargó a sus hijos una terrible venganza.

Entre nubes negras se aproximaron Apolo y su hermana Diana provistos de sendos arcos con flechas y emprendieron la matanza de los vástagos.

Uno a uno fueron cayendo muertos.

Níobe trató de esconder a sus hijas, y aun así, movida por la ira, levantó su cabeza al firmamento y espetó: "Leto, mi descendencia sigue siendo más grande que la tuya". Y entonces llegó Artemisa , y empezó a matar una a una a todas sus hijas. Cuando sólo le quedaba la menor Níobe imploró: "Dejadme al menos a ésta con vida, ¡a mi pequeña! ¡Clemencia!"
Y Artemisa disparó otra de sus letales flechas...

El Asesinato de Los Hijos de Niobe
Fue entonces cuando a Níobe (personaje mitológico que aparece citado entre otras obras en "Hamlet" de Shakespeare y que a su vez da nombre a uno de los personajes de "Matrix") se quedó con la mirada petrificada en el cuerpo sin vida de la pequeña, y...
La sangre se le heló, convirtiéndose en una estatua de piedra.

(Según otra versión, la que apunta a que eran los hijos 16, sobrevivieron dos: un chico y una chica).
Un torbellino llevó a la pétrea e inerte Níobe a lo alto de una montaña... Y de su estatua en su cima brota desde entonces un manantial de lágrimas sin fin.



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Diagrama - Teseo - Su Historia - Mitologia Griega


Mientras Hércules es e! héroe dorio por excelencia, pero con un carácter más universal, ya que su padre fue Zeus y alcanzó la categoría de semidiós, Teseo, mucho más modesto, es el héroe ateniense por antonomasia, mucho más humano, aunque alguna versión lo crea hijo de Poseidón (cosa dentro de toda lógica).

Atenas marítima, por definición de raigambre jonia, tenía el ancho mar como escenario de sus hazañas, mientras que los dorios y entre éstos los espartanos eran terrestres por naturaleza, ¿por qué el principal héroe ateniense no podía descender del dios del mar?

El propio Teseo se gloriaba de ser hijo de Poseidón y quería a todo trance que se le reconociera esta alcurnia.

Se cuenta que al presentarse ante el rey Minos de Creta manifestó que quería ser tratado como verdadero hijo de posición y, como Minos cuestionaba tal ascendencia,

Teseo aceptó realizar cualquier prueba que aseverara su afirmación.

El cretense lanzó su anillo al mar.
Si el héroe era hijo del dios de las aguas, recuperar la preciada joya dorada le sería fácil.

Teseo se zambulló sin dudar un instante y «a caballo» de un delfín alcanzó el palacio subterráneo de la diosa Anfítrite, esposa de Poseidón.

Tras un tenso período de espera, los cretenses y su soberano vieron surgir a Teseo hacia la superficie con aspecto triunfante, pues llevaba el anillo en una mano y una magnífica corona sobre su cabeza, regalo de la diosa.

Sea como fuere, la madre de Teseo era Etra, hija de Piteo, rey de Trecén.

Sucedió que Egeo, soberano de Atenas, no tenía descendencia a pesar de haberse casado varias veces.

Desesperado, fue a consultar al Oráculo de Delfos.

La Pitia le contestó en forma oscura, puesto que le indicó que «no vaciara el odre de vino antes de volver a casa».

De regreso, Egeo se hospedó en el palacio del rey de Trecén, Pireo, quien comprendiendo el significado oculto del oráculo se las ingenió para embriagar a su regio amigo y durante la noche colocarle al lado del lecho a su hija, Etra, quien de esta unión daría a luz al futuro héroe.

La leyenda cuenta que Poseidón se aprovechó de aquella maravillosa noche e hizo también de las suyas.

Y sucedió que Egeo tuvo que volver a su patria estando adelantado el embarazo de Etra.

Antes de despedirse de su amada escondió sus sandalias y su espada debajo de una enorme piedra y dijo a Etra que, si alumbraba a un varón, cuando tuviera fuerza suficiente levantara la piedra y calzado con las sandalias y ciñéndose la espada se dirigiera de incógnito a Atenas, donde su padre lo reconocería, pues le estaría es-o petando anhelante.

Como al parecer Piteo había sido el culpable de todo, no tuvo más remedio que perdonar el desliz de su hija (lógicamente, pues lo había provocado).

Cuando Etra dio a luz un niño le puso por nombre Teseo, y lo crió y educó en su corte, argumentando firmemente que el padre era el mismísimo Poseidón, y así acalló las habladurías.

El niño creció día a día en fortaleza y belleza.

A la edad de siete años conoció al gran Hércules, invitado a un banquete por Piteo.

Hércules, para comer más cómodamente, se despojó de la piel del león de Nemea y, al apoyarla en un descansillo, algunos invitados que llegaban tarde a la mesa no osaban entrar creyendo que el animal estaba vivo.

Teseo no se amilanó, arrebató un hacha a un criado y se abalanzó decidido sobre el despojo que parecía dotado de movimiento.

Pronto salió de su error, pues el propio Hércules detuvo su brazo, pero le agradó la valentía del muchacho y le animó a que siguiera sus pasos.

Ya adolescente, Teseo ofreció como era tradición su cabellera al dios Apelo en Delfos, pero solamente lo hizo en parte, pues ofrendó únicamente el pelo de la parte delantera de la cabeza y así dicen los mitólogos que dio origen a una moda atestiguada en el mundo helénico ya muy entrada la época histórica.

Poco después (o poco antes, que para el caso es lo mismo, aunque hayan versiones discrepantes), Etra reveló a su hijo el secreto de su origen y le llevó al lugar donde Egeo había escondido los objetos. Teseo, animoso y lleno de júbilo, levantó ante el estupor de su madre la pesada piedra, se calzó las sandalias y se ciñó la espada, mientras exclamaba e interrogaba a la vez «¡Mi padre rey de Atenas! ¿pero dónde está Atenas?»

Su abuelo Piteo, que le quería con pasión, le situó en un mapa de la época la esplendorosa ciudad donde reinaba Egeo.

Para llegar a ella Teseo podía seguir dos caminos: el marítimo, fácil y seguro porque las naves de Trecén enlazaban constantemente con Atenas, y el terrestre, no recomendable por la cantidad de bandidos que infestaban su recorrido y que eran el terror de los viajeros.
Teseo, para probarse a sí mismo, escogió este último.

El camino de Atenas fue un sendero de gloria para Teseo.

Ya en el territorio de Epidauro, en donde después se construiría el famoso teatro con una sonoridad acústica única en el mundo, tuvo que luchar contra Perifetes, gigante que iba armado con una enorme maza con la que aplastaba a todo el que pasaba por allí.

Teseo venció al malvado y, apoderándose de su terrible arma, una vez muerto se la guardó como trofeo de su primera victoria.
En algunas versiones, Perifetes, es denominado Corinetes, y tenido por hijo del propio Hefesto; tal nombre derivaría del griego coriné; que quiere decir clava.

Los mitólogos modernos quieren ver en esta figura una de tantas personificaciones de las negras nubes que avecinan tormenta y el rayo sería el reflejo atmosférico de la clava.

Al pasar por el istmo de Corinto, Teseo topó con el cruel bandido Sinis, del que se decía que era hijo del propio Poseidón.

Para matar a los infelices que caían en sus manos, encorvaba dos pinos hasta juntar sus ramas y ataba a ellos los brazos de sus víctimas: al recobrar los árboles su posición normal, el pobre prisionero quedaba partido en dos.
Una variante de este suplicio era atar a la víctima a la copa de un pino encorvado por Sinis hasta el suelo.
Cuando el bandido lo soltaba, el pino se enderezaba lanzando al infeliz lejos y estrellándose finalmente contra el suelo.
Teseo se sometió a tan terrible tortura y salió ileso.
Entonces cogió a Sinis y le aplicó el mismo suplicio.
Nuevamente los mitólogos modernos que desean dar una explicación natural a las hazañas de los héroes, ven en Sinis una personificación del huracán, cuya furia dobla y desgaja los árboles más corpulentos.

Después Teseo se encontró con .Escirón, bandido al que le entusiasmaban las tortugas alimentadas con carne humana.
Apostado en los desfiladeros de las rocas bañadas por el mar de Salamina, obligaba a los viajeros a lavarle los pies, y cuando los desgraciados iban a realizar tal acción y se agachaban para ello, les pegaba un soberano puntapié que les arrojaba a las olas del mar, en donde tenía un vivero de tortugas hambrientas.
Como se comprenderá, fue Teseo el que arrojó a su vez a las olas a Escirón y se dice que una vez devorado por los pesados animalitos, sus huesos se transformaron en los arrecifes y escollos que se hallan todavía en aquel lugar.

Junto a Eleusis, Teseo midió sus fuerzas con el arcadio Cerción, quien tenía una hija seducida al parecer por Poseidón y muerta por su propio padre al conocer lo ocurrido.
Como Cerción no podía vengarse en el dios, mataba a cuantos viajeros pasaran por delante de la tumba de la infeliz doncella.
Teseo llegó ante ella y dio muerte a Cerción, arrastrándolo por el suelo.

Poco antes de llegar a Atenas, Teseo se cruzó con Procusto, padre de Sinis, a quien nuestro héroe había dado muerte y que ardía en deseos de vengar a su hijo.
Procusto utilizaba un refinado método para asesinar a los viajeros: cuando alguien solicitaba su hospitalidad (naturalmente sin saber quién era), el bandido les ofrecía un lecho, en el que si la talla del huésped era superior le cortaba todo lo que excedía de más, y si era inferior le descoyuntaba los miembros para acomodarse a sus medidas mediante pesas y poleas.
Nunca coincidió el lecho con la estatura del viajero.
Procusto intentó colocar a Teseo en el artilugio, pero el héroe le venció y le condenó a morir en el mismo suplicio.
Este castigo, conocido como «el lecho de Procusto», viene a ser un reflejo de ?la ley del talión interpretada como «lo mismo que tú me hiciste a ti te lo harán».

Tras haberse purificado de todos estos asesinatos a orillas del río Cefiso por los sacerdotes de Zeus, ya que alguno de estos bandidos no dejaba de ser pariente suyo, realizó su entrada en Atenas.

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